La Historia del Cine en Sevilla, de los primeros rodajes a hoy
La historia del cine en Sevilla comienza a principios del siglo XX, cuando las cámaras empezaban a capturar movimiento y el cine mudo era la gran novedad. Una de las primeras filmaciones conocidas en la ciudad data de 1898, realizada por operadores de los hermanos Lumière, que registraron escenas cotidianas en la Plaza de San Francisco y el río Guadalquivir.
En las décadas siguientes, Sevilla se convirtió en un escenario recurrente para cineastas españoles y extranjeros, atraídos por su luz inigualable, sus calles empedradas y su arquitectura monumental. Películas como Carmen (varias versiones entre 1915 y 1938) y documentales turísticos de principios de siglo ayudaron a forjar una imagen romántica y exótica de la ciudad en el extranjero.
Durante los años 50 y 60, el auge de las coproducciones internacionales trajo a Sevilla rodajes de gran presupuesto, en los que convivían estrellas de Hollywood con actores españoles. Desde entonces, la ciudad no ha dejado de atraer producciones de todo tipo, consolidándose como uno de los grandes platós naturales de Europa.
En esta página viajaremos desde esos primeros días del cine mudo hasta las superproducciones actuales, descubriendo cómo Sevilla ha pasado de ser un decorado pintoresco a un auténtico icono cinematográfico.
Los inicios del cine en Sevilla (1898-1930)
El cine llegó a Sevilla apenas unos años después de su nacimiento oficial. En 1898, operadores de los hermanos Lumière rodaron algunas de las primeras imágenes en movimiento de la ciudad, capturando la vida diaria en la Plaza de San Francisco, las orillas del Guadalquivir y la entrada y salida de carruajes por la Puerta de Jerez. Estas breves filmaciones, hoy piezas de archivo, marcaron el inicio de una relación centenaria entre Sevilla y el séptimo arte.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la ciudad fue escenario de películas mudas y noticiarios que buscaban mostrar al mundo su arquitectura monumental y sus costumbres. Entre las más destacadas se encuentran las primeras versiones cinematográficas de Carmen, rodadas entre 1915 y 1938 en localizaciones como el Barrio de Santa Cruz, la Fábrica de Tabacos y la Plaza de España.
En los años 20, productoras españolas y extranjeras comenzaron a ver en Sevilla un decorado ideal para historias de romance y drama. Documentales y películas de la época retrataban la Semana Santa, las corridas de toros en la Maestranza y escenas cotidianas en mercados y plazas. Estos primeros rodajes contribuyeron a proyectar la imagen de una ciudad vibrante y profundamente ligada a sus tradiciones.
Hoy, muchos de esos lugares siguen intactos y pueden visitarse, permitiendo a los viajeros revivir las mismas vistas que aparecían en la gran pantalla hace más de un siglo.
Sevilla en el cine clásico (1930-1960)
Con la llegada del cine sonoro en la década de 1930, Sevilla comenzó a aparecer en producciones más elaboradas, tanto españolas como internacionales. La ciudad ofrecía no solo una estética inigualable, sino también una sonoridad que permitía integrar música, cante y diálogos con acento andaluz, elementos muy apreciados por el público de la época.
Una de las películas más representativas de estos años fue Carmen, la de Triana (1938), dirigida por Florián Rey y protagonizada por Imperio Argentina, rodada en escenarios como el barrio de Triana y la Real Fábrica de Tabacos. Este filme no solo fue un éxito en España, sino que ayudó a consolidar el mito romántico y pasional de Sevilla en el imaginario cinematográfico.
Durante los años 50, el auge de las coproducciones internacionales trajo a la ciudad a grandes nombres del cine europeo y americano. Producciones como La Reina Mora (1954) o Viva lo imposible (1958) aprovecharon sus calles empedradas y monumentos como la Plaza de España, el Alcázar y la Catedral para dotar de autenticidad y belleza a sus escenas.
Además, en esta época Sevilla se convirtió en un escenario recurrente para documentales turísticos producidos por el NO-DO, que mostraban procesiones, ferias y fiestas locales, consolidando su imagen como destino cultural y cinematográfico.
Muchos de estos lugares siguen abiertos al público y forman parte de rutas que permiten revivir la época dorada del cine clásico español e internacional rodado en la capital andaluza.
La era de las superproducciones (1990-2010)
En los años 90, Sevilla dio un salto definitivo al escenario internacional del cine gracias a la llegada de grandes producciones de Hollywood. Su arquitectura única, capaz de representar mundos reales e imaginarios, y la experiencia adquirida en décadas anteriores, la convirtieron en una apuesta segura para directores y productoras.
Uno de los hitos más importantes fue el rodaje de Star Wars: Episodio II – El Ataque de los Clones (2002), dirigido por George Lucas. La Plaza de España de Sevilla se transformó en la futurista ciudad de Theed, en el planeta Naboo, demostrando que Sevilla podía convertirse en un escenario de ciencia ficción sin perder su esencia. Las imágenes del lugar dieron la vuelta al mundo y atrajeron a miles de fans que hoy siguen visitando la localización.
En 1992, coincidiendo con la Exposición Universal de Sevilla, la ciudad fue también escenario de 1492: La Conquista del Paraíso, de Ridley Scott, con Gérard Depardieu y Sigourney Weaver, que rodó en el Alcázar y otras localizaciones históricas. Esta producción no solo trajo estrellas internacionales, sino que aprovechó el esplendor urbano que vivía la ciudad en esos años.
Durante esta época también llegaron rodajes como Noche y Día (2010), con Tom Cruise y Cameron Diaz, que utilizó las calles del centro histórico y la Plaza de Toros de la Maestranza para espectaculares escenas de acción; y El Reino de los Cielos (2005), de nuevo de Ridley Scott, que ambientó parte de sus escenas medievales en el Alcázar.
Este periodo consolidó a Sevilla como una localización versátil y reconocida en la industria, capaz de acoger desde épicas históricas hasta thrillers de acción y ciencia ficción.
Sevilla en el cine contemporáneo (2010-Actualidad)
En la última década, Sevilla ha vivido un auténtico renacimiento cinematográfico, atrayendo tanto a producciones internacionales como a cine español de gran éxito. La ciudad se ha convertido en un referente del turismo de rodajes, con visitantes que llegan expresamente para recorrer los escenarios vistos en la gran pantalla.
En 2012, The Dictator, protagonizada por Sacha Baron Cohen, utilizó la Plaza de España como fachada de un palacio ficticio en la nación imaginaria de Wadiya. Las imágenes del rodaje recorrieron las redes sociales y mostraron la versatilidad de este monumento como escenario cinematográfico.
Otro momento clave llegó con la serie Juego de Tronos (2015-2019), que convirtió el Alcázar en los Jardines del Agua de Dorne, atrayendo a miles de fans y multiplicando las visitas al monumento. Aunque se trata de una serie, su impacto en la industria y el turismo local fue comparable al de las grandes superproducciones.
En el cine español, títulos como Modelo 77 (2022), de Alberto Rodríguez, han puesto el foco en la Sevilla de otras épocas, rodando en localizaciones como la antigua cárcel de La Ranilla y capturando con detalle la atmósfera de la ciudad en los años 70.
Producciones como El Hombre de las Mil Caras (2016), Adiós (2019) y La Peste (2018, serie) han seguido demostrando que Sevilla puede ser el telón de fondo perfecto para historias de intriga, drama y acción, a la vez que impulsan su imagen cultural y turística.
Hoy, Sevilla no solo es un decorado de lujo, sino un activo estratégico para la industria cinematográfica, capaz de atraer proyectos de cualquier género y alcance.
Sevilla: Un plató vivo que te espera
La historia del cine en Sevilla es un recorrido apasionante que atraviesa más de un siglo de rodajes, desde las primeras filmaciones en blanco y negro hasta las superproducciones y series más vistas del mundo. Sus calles empedradas, monumentos imponentes y barrios llenos de vida han sido testigos de romances, batallas, intrigas y comedias que han dado la vuelta al mundo.
Visitar Sevilla es mucho más que recorrer sus puntos turísticos; es entrar en un gran plató al aire libre donde cada esquina tiene una historia que contar y una escena que revivir. Desde la majestuosa Plaza de España, escenario de mundos lejanos, hasta el Alcázar, con siglos de historia y fantasía entre sus muros, cada localización ofrece una experiencia única para los amantes del cine y la cultura.
Te invitamos a descubrir la ciudad siguiendo las huellas de tus películas y series favoritas. Pasea por los mismos lugares donde rodaron estrellas internacionales, revive escenas memorables y siente la magia que convierte a Sevilla en uno de los destinos cinematográficos más importantes de Europa.
Y si quieres que tu experiencia sea aún más especial, aprovecha nuestras rutas guiadas de cine en Sevilla, donde podrás conocer anécdotas de rodaje, curiosidades y secretos de producción mientras recorres los escenarios que han hecho historia en la gran pantalla.
El auge internacional (1960-1990)
Entre los años 60 y finales de los 80, Sevilla vivió una etapa de apertura internacional que la convirtió en uno de los destinos preferidos para rodajes extranjeros en España. El atractivo de sus monumentos, unido a un clima favorable y a costes de producción más bajos que en otros países europeos, atrajo a productoras de Hollywood, Francia, Italia y Reino Unido.
En esta época, el Alcázar y la Plaza de España se consolidaron como escenarios icónicos. En 1966, El León y el Viento, protagonizada por Sean Connery y Candice Bergen, utilizó como localización el Parque de María Luisa, mostrando su exuberante vegetación y arquitectura regionalista. Otro título destacado fue La Conquista del Paraíso (1992, pero preproducida en los 80), de Ridley Scott, que rodó varias secuencias en el Alcázar, transformándolo en escenarios de ultramar.
Sevilla también fue elegida para películas históricas y aventuras exóticas, aprovechando sus patios, palacios y calles estrechas como recreaciones de escenarios árabes, coloniales o mediterráneos. Durante las décadas de los 70 y 80, el auge del turismo cinematográfico comenzaba a notarse, con curiosos y aficionados acercándose a ver los rodajes o visitar después las localizaciones.
Este periodo marcó el inicio de la reputación de Sevilla como “ciudad plató” a nivel global, preparando el terreno para la llegada de las superproducciones de los años 90 que la llevarían definitivamente al mapa de las grandes capitales del cine.